Un constante cague de risa. Así podría considerar a Sex Drive. Aunque la película tiene como principal tema la tipica historia del adolescente que trata de perder la virginidad, está rodeada de una cantidad impresionante de situaciones extremadamente absurdas y cómicas.
Ian se encuentra desesperado por perder su virginidad. Pero igual siente pánico cuando está al lado de una chica y esquiva el tema. Aparte de eso, debe soportarse su trabajo de mierda disfrazado de donut mexicana, a su hermano que lo molesta todo el tiempo y el hecho que su mejor amiga está enamorada de su mejor amigo.
Cuando la ciber amiga de Ian le pide que vaya hasta Knoxville, Tennessee para tener una noche de sexo salvaje, decide dejarse crecer un par de pelotas y se roba el carro de su hermano, para irse con sus compinches a buscar la mujer que le rompa el cachucho.
Aunque esta historia ya la hayamos visto mil y una vez desde los ochenta (y yo ya lo haya repetido como 3 veces), con ver Sex Drive ahora creo que es un recurso que nunca se va a agotar, sencillamente porque la vida está tan llena de pendejadas absurdas que siempre van a servir para rellenar y hacer que nos caguemos de la risa durante una noche con nuestros amigos y nos olvidemos por un rato de todos los problemas que tengamos.
En Sex Drive nos encontraremos con autostopistas mala onda, amish sarcásticos que escuchan Fallout Boy (guacala), baños con sorpresa y a James Marsden (Cyclops) en la mejor actuación de su vida.
Y son este tipo de películas las que le hacen bien a uno, como un Alka-Seltzer después de tomar mucho trago. Y si un disfraz de donut exicana no lo hace reir a usted, apreciado lector, su corazón es de lata y su vida no tiene propósito. Así que haganos un favor a todos y VAYASE DE MI BLOG!!!
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